Con estas emocionadas palabras el Excmo. y Rvdmo. Sr. D. Leopoldo Eijo y Garay, Obispo de Madrid-Alcalá bendecía y celebraba la primera Misa en la Capilla provisional del Camposanto el día 5 de octubre de 1941, una jornada emocionante.

A la misa acudieron familiares de los caídos aquel aciago mes de noviembre de 1936, muchos de los cuales no pudieron reprimir el llanto. ¡Por fin! sus seres queridos tenían el reconocimiento que merecían.

La ermita del Camposanto es un lugar pequeño y discreto que invita a la oración. Su interior, no demasiado grande, es idóneo para el recogimiento. En la actualidad, las Hermanas del Instituto del Verbo Encarnado se ocupan de su mantemiento.

Todos los primeros domingos de mes, hay misa en la capilla (excepto el mes de agosto).